Encontrar un inversor permite a la Pyme crecer comercialmente y desarrollarse en otros ámbitos.

Por: Gonzaga Valdés, CEO de iCrossing LATAM y Mentor Endeavor

Las condiciones en un país como Chile están dadas para que crear negocios sea un proceso relativamente expedito. Tener la determinación para hacerlo es lo complejo. El verdadero desafíode los tiempos actuales es encontrar las herramientas y aliados para consolidarse.

Para instalar una panadería —por ejemplo—, la idea recorre el siguiente camino: armar una sociedad, ir al Servicio de Impuestos Internos, sacar las respectivas boletas, arrendar un local, comprar un horno y materiales y, como resultado, se emprende. Sin negar que hasta ese momento cada ayuda es clave, lo realmente difícil viene en una etapa posterior: crecer y demostrar que hay un negocio. Aparte de la obtención de recursos, lo más importante a la hora de consolidar una Pyme es el aporte del “saber hacer” en gestión, asesorando la toma de determinadas decisiones en los momentos clave. Si llega un fondo, ¿qué hago? ¿dónde invierto?

La invitación es ir más allá y reclutar un inversor, que además sea un aliado estratégico que permita desarrollar la Pyme en otros ámbitos. Y para eso, se hace indispensable involucrarse, no solo en aportes económicos  o legales, sino también en la estructura de la organización, desde las contrataciones hasta la atracción de inversión extranjera. En el país hay un entorno favorable para el surgimiento de más entidades intermedias, que velen porque el emprendedor se enfoque en desarrollar su producto y/o servicio, en vez de salir a venderlo. Sin embargo, la realidad es que pocas empresas privadas están dispuestas a dar ese apoyo hoy en día.

Si bien todo proyecto de negocios es un riesgo, las grandes empresas deben ser conscientes que al atreverse e invertir en ellos, le abren la puerta a un innegable aporte en cuanto a estrategias de innovación y desarrollo tecnológico. Aprovechar el talento joven y su capacidad creativa, mientras que los emprendedores obtienen réditos de un gran cliente, potencial de crecimiento, recursos y un socio en gestión. Un evidente beneficio mutuo, que algunas empresas ya están capitalizando a través de “Labs” de Innovación que pueden dar una imagen más atrevida o visionaria de cómo puede ser el futuro de ese negocio.

Chile es un buen aliado para los dueños de negocios, pero existen pocos incentivos que impulsen las distintas etapas de una Pyme. El foco de las organizaciones actuales está en atraer y retener talento, pero los millennials no gustan mucho de estructuras laborales tradicionales. El que se atreva a apoyar nuevos emprendimientos, dándole un lugar en su organización para que desarrollen su negocio, va a recibir beneficios más allá de rentabilidades, solo hay que atreverse.