A las personas no les basta con lo que una marca dice de sí misma. Hoy, las decisiones de compra — e incluso las postulaciones laborales o asociaciones comerciales — se basan en percepciones construidas por lo que otros cuentan, especialmente desde adentro. ¿Quiénes están detrás de la empresa? ¿Qué experiencia viven? ¿La cultura que proyectan en redes es real o actuada?
Es en ese espacio donde aparece la confianza, y donde toma fuerza el “Employee Generated Content” (EGC); una de las tendencias de marketing más efectivas y transformadoras. Porque cuando los colaboradores hablan, las marcas conectan.
¿Qué es el EGC?
EGC, o Employee Generated Content, es el contenido que crean voluntariamente los empleados sobre la empresa en la que trabajan. Estos pueden ser videos cortos en redes sociales mostrando un día en la oficina, publicaciones en LinkedIn relatando una experiencia profesional significativa o incluso artículos, fotos o reels donde se evidencia la cultura de la organización.
Pero no se trata de contenido forzado ni “pautado”. Al contrario, su valor está en la autenticidad.
El EGC no vende directamente, pero sí construye marca, reputación y confianza. Y eso, en términos de negocio, vende más que cualquier anuncio pagado.
¿Por qué es relevante para las marcas?
Las empresas que apuestan por el EGC entienden que sus empleados son los voceros más creíbles que tienen. A diferencia de un spot publicitario o un banner, el contenido generado por empleados transmite una experiencia vivida. Y eso tiene un peso inmenso para clientes, potenciales talentos y stakeholders.
El EGC no reemplaza tu estrategia de marketing, la potencia. ¿Cómo?:
De acuerdo con Deloitte, la confianza del cliente en una marca incrementa en un 88% la probabilidad de recompra. La confianza ya no es solo un intangible: es una ventaja competitiva concreta. Y el EGC es uno de los vehículos más efectivos para cultivarla.
¿En qué se diferencia el EGC del UGC?
Aunque suenen similares, tienen orígenes distintos:
Cómo incorporar EGC en tu estrategia de marketing
No se trata de pedirle a tus colaboradores que publiquen por publicar. Una buena estrategia de EGC implica:
Cultura abierta: fomentar un ambiente donde los empleados se sientan cómodos compartiendo su día a día.
Líneas editoriales claras: no controlar, pero sí orientar sobre qué tipo de contenido es ideal (eventos internos, historias personales, logros, desafíos superados, etc.)
Capacitación y recursos: algunos pueden querer aportar, pero no saben cómo. Edúcalos en herramientas básicas de grabación, redacción o edición de contenido.
Reconocimiento: valora públicamente a quienes se involucran. El EGC se potencia cuando es voluntario y reconocido.
Amplificación: usa los canales de la empresa para visibilizar el contenido generado por tus empleados. Así motivas a otros a participar.
EGC: una tendencia con visión de futuro
El EGC llegó para quedarse porque resuelve una de las principales demandas del marketing actual: la autenticidad.
Las marcas que se atrevan a soltar un poco el control y permitir que su cultura brille a través de quienes la viven día a día, serán las que logren conectar con profundidad y construir relaciones duraderas. ¿Todo listo para convertir a tus colaboradores en tus mejores embajadores?
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