Google, IBM, Apple o Nike son algunas de las empresas más poderosas del planeta que tienen algo en común: la innovación es su motor principal. Además de disponer de una plantilla de gran talento, esto es posible gracias a que utilizan el Design Thinking como metodología para generar proyectos. ¿Quieres saber qué es el Design Thinking, cómo se originó y cómo funciona? Te lo explicamos a continuación.
¿Qué es el Design Thinking?
A la pregunta de qué es Design Thinking, podemos responder que se trata de una metodología o herramienta de trabajo que permite potenciar la creatividad individual trabajando en grupo. Se conoce también como “pensamiento de diseño”, ya que trata de resolver los problemas de los usuarios de una forma eminentemente práctica utilizando la forma en la que piensan los diseñadores, buscando ahondar en un entendimiento pleno del usuario para ofrecerles las soluciones que necesita.
Mediante el proceso de Design Thinking se puede realizar el diseño y desarrollo de servicios y productos, centrándose en satisfacer sus necesidades reales, basando el proceso en la innovación y la creatividad. Este enfoque, al ser las personas como centro de atención y punto de referencia, hace que también sea conocido como el diseño centrado en lo humano bajo su terminología inglesa human-centered design.
Origen del Design Thinking
Aunque pueda resultar desconocido o novedoso, el concepto de Design Thinking tiene su origen en los años 60. En 1959, el profesor de la Universidad de Stanford, John Edward Arnold, introdujo el término en el área de ingeniería mecánica. En 1973, el irlandés Robert McKim lo utilizó en el libro Experiences in Visual Thinking.
Sin embargo, no fue hasta la década de los 90 cuando David M. Kelley, fundador de IDEO, lo hizo suyo para trabajar con mayor profundidad en el concepto sobre proyectos comerciales y expandirlo a todas las áreas de interés para el ser humano.
Su aplicación ha tenido tanta llegada que, incluso hoy en día, el CEO de IDEO, Tim Brawn, sigue siendo un referente en lo que respecta a innovación y Design Thinking, utilizándolo en su concepto más evolucionado como herramienta generadora de ideas y desarrollo de productos o servicios, mejora de procesos, experiencia de usuario o explicación de modelos de negocio.
Para qué sirve el Design Thinking
Desde la particularidad centrista del usuario, el Design Thinking busca resolver de forma empática los problemas o necesidades planteados por el usuario. Permite disponer de propuestas innovadoras para todo tipo de sectores, tanto personas, empresas o marcas como organizaciones sin ánimo de lucro o entidades del sector público, privado, digital o analógico.
El Design Thinking no es un método nuevo, pero permite una aplicación innovadora y creativa para la resolución de problemas, el diseño y desarrollo de productos o servicios que satisfagan los anhelos del usuario, cursos virtuales y presentaciones de negocios o rediseñar procesos de negocios y el emprendimiento a través de Startups.
Etapas del Design Thinking
El proceso de Design Thinking se basa en 5 acciones o etapas fundamentales que permiten tratar, recopilar y analizar la información para crear un producto innovador que solucione los problemas y necesidades de los usuarios.
- La primera etapa se basa en conocer al consumidor para el que se va a diseñar el producto o servicio. Lo más importante en esta primera fase es EMPATIZAR con sus gustos, deseos y necesidades.
- Mediante la acción de DEFINIR se deberá analizar la información obtenida durante la fase de empatía, diferenciando aquello entre lo que verdaderamente es relevante y aquello que no lo es. Se identificarán los problemas que necesitan solución.
- Durante la fase de IDEAR se realiza un proceso creativo en el que el objetivo es generar ideas innovadoras. No debemos quedarnos con la primera idea que aparece, sino que hay que seguir proponiendo y buscando soluciones diferentes e innovadoras, incluso aunque a primera vista parezcan demasiado excéntricas.
- Una vez se obtienen ideas que pueden dar soluciones a los problemas de los usuarios, se pasa a la fase de PROTOTIPAR para poder maquetar las mejores ideas. El objetivo es construir prototipos para convertir las ideas en algo palpable, visualizando así su viabilidad, posibles problemas y/o aspectos a mejorar.
- Finalmente, se lleva a cabo la fase de TESTEO, donde se probarán los prototipos en colaboración de los usuarios. Esta fase es crucial, ya que nos permitirá obtener el feedback necesario que nos ayudará a identificar los aciertos y errores de todo el proceso de Design Thinking. Se elegirá la solución más aceptada y la que mejor resuelve la problemática para desarrollarla hasta conseguir el producto o servicio final.
Ahora que ya sabes qué es el Design Thinking y cómo se utiliza para desarrollar proyectos centrados en los usuarios, te invitamos ahondar más en esta fabulosa metodología. Gracias a ella podrás aspirar a generar productos o servicios innovadores que permitan a tu empresa obtener mejores resultados.