Conoce a tres dueñas de negocio que se la jugaron por su proyecto y hoy están seguras de haber encontrado su camino.
El 8 de marzo conmemoramos a las mujeres, y su búsqueda por la igualdad dentro de todos los aspectos de la sociedad. De hecho, hoy representan sobre el 38% de los emprendedores de nuestro país, de acuerdo a cifras del INE, y se espera que sigan creciendo en el futuro.
Llamado “Día Internacional de la Mujer Trabajadora” en sus inicios, en Comunidad Empresas queremos aprovechar esta fecha para destacar tres mujeres que ya tienen sus negocios, son parte del ecosistema emprendedor chileno y pueden inspirar a otros a seguir sus pasos.
Stephanie Castro: emprendimiento simple, innovador y sostenible
Antes de construir el centro turístico sustentable Bosques de Matanzas, en 2013, Stephanie (32) estudió Ingeniería Civil y trabajó 5 años en eso, pero cuando conoció la localidad de la Sexta Región, se enamoró del paisaje y entendió que podía hacer un negocio a partir de algo simple, como cabañas turísticas. “Dejé todo en Santiago y me instalé con el emprendimiento, sabía que podía darle toques de innovación al negocio, como energía renovable y una filosofía sostenible”, cuenta.
- ¿Cómo partiste?: “Al principio me endeudé con tres bancos, aproveché mis últimos sueldos y pedí préstamos a familiares”, explica. Eso alcanzó para instalar las dos primeras cabañas, que hoy se transformaron en 13, “ya estamos posicionados como uno de los más importantes de la zona de Navidad y Matanzas”.
- ¿Tienes algún consejo para los que están partiendo con su Pyme?: “Tienen que apoyarse en las herramientas que entrega el Estado y otras instituciones públicas y privadas para crecer, que son de gran
ayuda”. También recomienda “no estancarse buscando un nuevo producto estrella. Lo importante es darle un toque especial a todo lo que hagas. En nuestro caso, el negocio nos llena de alegría. Es trabajo 24/7, todos los días del año, pero sin duda ha valido la pena”.
Marcela Vera, trabajando desde la pasión
Mamá de dos pequeños, Marcela (32) es emprendedora de corazón. Empezó a crear negocios cuando estaba en la Universidad y, luego de tener dos empresas que no la satisfacían, por fin encontró lo que la hace feliz: Omi.Domi es su negocio de cerámica y diseño, en el que ha estado trabajando full time desde 2015.
- ¿Cómo partiste? “Al principio aprendí de cerámica por Youtube y, después, tomé clases de pintura, que me llevaron a conocer a gente que hoy me sigue apoyando”. En cuanto a financiamiento, dice que lo ha hecho “todo sola, mi pareja también es independiente y él me ha apoyado mucho, pero ahora voy a postular a algunos fondos de Sercotec, de Pequeña Empresaria”.
- ¿Por qué decidiste emprender? “Haciendo esto puedo trabajar en lo que más me gusta, y lo hago con mucho agrado. Estoy en un taller que hice en la casa de mis papás, así que puedo estar con mis hijos y trabajar mientras la mayor está en clases y el menor duerme”.
- ¿Te sientes una persona exitosa con tu negocio? “Creo que nunca es suficiente, pero sí me siento mucho más segura de lo que hago, además tengo el apoyo de mis papás y mi marido. Este año incluso quiero dar
clases de cerámica”.
Macarena Rencoret, perseverancia y consecuencia como guía del negocio
Macarena Recoret (36) era cocinera y tripulante de barco antes de convertirse en emprendedora. Luego de tener a su segundo hijo decidió que era mejor quedarse en tierra y construir un negocio propio. Así, en 2009 creó Tienda La Murta, en Puerto Varas, inspirada por la artesanía local, que combinó con diseño. Hoy, junto a su socia Andrea Hitschfeld (38), crean ropa y accesorios para mujer, elaborados 100% a mano por artesanos y hechos en base a fibras naturales de la región.
- ¿Cómo partiste? “Pedí créditos y postulamos a todos los fondos que pudimos, principalmente en Sercotec y Corfo. Y no fue algo fácil, porque ya son ocho años con la tienda y hace tres que estoy asociada con Andrea, que me ayudó a levantarla. Antes tuve dos socios diferentes, y fueron malas experiencias, pero me ayudaron a crecer”, cuenta. Agrega que sólo “hace dos años me dedico 100% a La Murta, porque antes necesitaba otro trabajo que me ayudara a sostenerla. Al quinto año recién ‘vi plata’ con la tienda, porque, creo, que llegué a la madurez con mi negocio”.
- ¿Cómo trabajan y se relacionan con tu socia y proveedores? “En nuestra declaración de intenciones está escrito que buscamos llegar a acuerdos que nos favorezcan a todos. Potenciamos a los artesanos, el comercio justo, la sustentabilidad, el diseño de autor, consumo local y hoy somos la primera empresa textil del sur de Chile que mide su huella de carbono”.
- ¿Qué consejos le darías a otras mujeres que están partiendo? “Uno tiene que creer en lo que hace, y hay que perder el miedo a pedir ayuda, porque eso abre muchas puertas. También diría que es importante ser consecuente con lo que buscas con tu negocio”.
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