Tres negocios chilenos demuestran con sus testimonios y consejos que mezclar amistad con negocios sí puede ser una buena opción.

Unirse entre amigos para crear un Pyme es algo que se ha hecho desde siempre, y aunque hay quienes no están de acuerdo en mezclar ambos, los amigos sí pueden ser buenos socios, en especial si el vínculo de confianza, compromiso y respeto se traspasa al trabajo.

Comunidad Empresas conversó con tres Pymes creadas por amigos, que rescatan lo mejor de su experiencia y entregan consejos para otros negocios que recién comienzan en esto.

El Mundo al Revés

“Cuando trabajas con un amigo, tienes un compañero de aventuras”, destaca Juan Pablo Arias, director de tecnologías de El Mundo Al Revés, productora digital donde tres socios-amigos decidieron combinar sus talentos profesionales.

Sin embargo, también reconoce que hay momentos difíciles, por ejemplo, “cuando comenzamos a utilizar metodologías de trabajo más organizadas, la amistad queda un poco de lado y se transforma en una relación más profesional, donde pueden surgir los primeros choques”, confiesa.

De todas maneras, el director de tecnologías de esta Pyme nacional ha sabido congeniar las relaciones personales y profesionales con sus socios, y como consejo dice: “la amistad es importante y la manera de conservarla a pesar de los posibles roces de trabajo o de decisiones, es conversar todo lo que genere ruido, no quedarse con la molestia del día a día”.

Atikux

Amalia Fuenzalida y Maite Leturia son amigas desde el colegio, y hace tres años son dueñas de Atikux, tienda de decoración que busca acercar el arte a la cotidianeidad del hogar. “La verdad es que tuvimos suerte, porque nunca hemos peleado por nada que tenga que ver con la tienda”, reconoce Amalia, agradecida de lo bien que trabaja con su amiga.

“Maite fue la persona que me empujó a hacer la tienda de verdad, con inicio de actividades, contratosy todo (…) Gracias a ella llegué a donde estoy”, cuenta Fuenzalida, agregando que para organizarse cada una tiene funciones muy definidas y separadas, pero se apoyan en lo que sea necesario. Mientras que Maite ve la parte comercial y de finanzas, Amalia se encarga de la parte creativa de la tienda.

“Las pocas veces que hemos peleado o discutido ha sido por convivencia, no por trabajo y, aun así, todo se conversa”, destaca. De todas maneras, destaca que lo más importante es “fijarse a quién elijes, uno sabe con quién va a tener que trabajar, y yo elegí bien”.

La Casa del Espía y Repelentes Chile

Dueños de La Casa del Espía, Matías Carmody y su mejor amigo, Ian Yutronic quisieron seguir creando proyectos y hoy además tienen su segundo negocio juntos, Repelentes Chile, lo que sólo refuerza lo buena que ha sido la decisión de ser amigos y socios al mismo tiempo. “Pueden darse momentos difíciles y discusiones, pero si uno tiene bien claro qué es trabajo y qué es amistad, entonces no hay de qué preocuparse”, comenta Carmody.

Además, admite que “lo mejor de trabajar con un amigo es la confianza para decirse las cosas buenas y malas, y también de poder delegar trabajo y saber que el otro va a cumplir”.

Como consejo para otras Pymes, dice que “lo mejor es saber el límite entre amistad y trabajo; crear momentos dedicados especialmente para la amistad, donde no se hable del negocio, y saber que no siempre tenemos que opinar lo mismo o estar de acuerdo en el trabajo sólo porque somos amigos”.

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