La principal motivación de los dueños de negocios para capacitarse, se enfoca en actualizar sus técnicas y procesos, paso clave para trabajar con mayor eficiencia.

Por Rodrigo Bon, director ejecutivo de Propyme.

Debido al actual escenario económico que enfrenta el país, los micro y pequeños empresarios comienzan a sentir y a tener repercusiones en sus flujos de caja, en el apriete del financiamiento por parte de los bancos y en la fuga de sus clientes. Razones que han impulsado al Gobierno a catalogar al 2016 como el «Año de la Productividad«. Sin duda, una importante iniciativa desde el Ministerio de Economía, que pretende generar espacios de diálogo y análisis para construir consensos y acciones comunes que impulsen un desarrollo integral
de las Pymes.

Éstas y otras materias han sido discutidas en profundidad en las diversas sesiones del Consejo Nacional Consultivo de las Empresas de Menor Tamaño (EMT) y sus mesas de trabajo durante el 2015. Una instancia proveniente del Ministerio de Economía en la que participan la totalidad de los entes gremiales e instituciones ligadas al desarrollo y sustentabilidad de las MiPymes.

En específico, los temas tratador fueron: Financiamiento; Fortalecimiento de Mercados y Competencias; Capacitación y Desarrollo de Competencias; Marco Regulatorio y Simplificación de Trámites; y, por último, Innovación en las Mipymes.

Si bien los avances al alero de esta tribuna pueden ser claros, hay un aspecto de vital relevancia que ha dejado a estas mesas de trabajo con una «pata» coja y que tiene que ver con los aspectos de capacitación enfocada en las micro y pequeñas empresas. Sin duda, un factor importante de analizar a la hora de concretar el 2016 como el año de la productividad.

Productividad y capacitación

¿Cómo se pueden esperar micro y pequeñas empresas (Mipes) con mayores grados de productividad si no se
cuenta con una política clara para el sector en la línea de la capacitación? La carencia de programas por parte del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE) con foco en las empresas de menor tamaño, que apunten cómo lograr una mejor gestión al interior de estas organizaciones, ha sido una tuerca que ha quedado sin atornillar.

El ánimo de capacitarse por parte de los dueños de micro y pequeñas empresas es algo latente. A pesar del programa «Más Capaz», que contribuye a la superación de la desigualdad social a través del mejoramiento de la empleabilidad de jóvenes y mujeres en situación de vulnerabilidad social, faltó al momento de diseñar la iniciativa dejar un margen en la oferta de capacitación para aquel «empresario» que buscacrecer en su empresa o negocio. Es él quien brinda trabajo y busca profesionalizar su experiencia, quienes sin duda con capacitación ligada a sus necesidades se pueden transformarse en un tremendo aporte a la economía y a la productividad que perseguirá el Gobierno el 2016.

La carencia de conocimientos y competencias de los dueños de Pymes y sus trabajadores se presenta como un problema concreto. Además, múltiples encuestas, estudios y levantamiento de información realizados han levantado que las principales razones por la cuales estas empresas se preocupan por capacitar a su personal está ligado a la búsqueda de actualizar sus técnicas, procesos y metodologías,para alcanzar mayor eficiencia y mejoras en la productividad.

El último estudio realizado por PROPYME arrojó que los Pymes, al ser consultadas sobre ¿cómoevalúa la oferta de capacitación que ofrece el Sence a las micro y pequeñas empresas (Mipes)?, las respuestas indicaron que un 39% aprueba su gestión, un 53% reprueba su gestión y un 8% no respondió la pregunta.

Estas cifras avalan la preocupación que diferentes entidades ligadas a Mipes han hecho presentes ante las autoridades y que sin duda llaman a tomar medidas por parte del organismo capacitador para incorporar en su oferta de capacitación a las empresas de menor tamaño.