El economista Claudio Giorgi entrega prácticas recomendaciones para solucionar los problemas de liquidez que se puedan presentar en tu Pyme.
A medida que tu negocio crece, uno de los problemas administrativos más comunes que se presenta es la escasez de fondos en efectivo para cumplir con el pago de los compromisos a corto plazo que has adquirido.
Puede ser que tu rentabilidad aumente, pero no necesariamente esto se verá reflejado rápidamente en un mayor flujo de caja.
Para enfrentar este escenario de forma exitosa, el economista Claudio Giorgi, docente y director del Magíster de Dirección Financiera de la Universidad Diego Portales, entrega 5 consejos claves para que los dueños de negocios puedan mejorar su liquidez.
1. Priorizar las ventas
“Muchas veces, en tiempos de vacas flacas, los empresarios cortan las iniciativas de marketing, cuando en realidad es momento de no perder ventas. Hay que atreverse a hacer promociones, ofrecer descuentos e innovar con programas de fidelización para los clientes. Las ventas son la principal medida para solucionar los problemas de caja”, explica Giorgi.
2. Inventario acorde a las necesidades reales de tu negocio
Lo importante es no tentarse a manejar stocks muy grandes. El experto asegura que “aunque puede significar una carga administrativa mayor, es mejor achicar las partidas de compras
y así aplanar los pagos que se presenten a futuro.
3. Reducir los gastos al mínimo
Recomienda esta medida para poner mayor control al flujo de caja. Sin embargo, Giorgi precisa que “no se debe descuidar la calidad del servicio entregado, ni las necesidades de los colaboradores. Se debe tener cuidado, ya que a veces por ahorrar a corto plazo, podemos generar gastos a futuro mayores”.
4. Negociar plazos de pago
En cuanto a los egresos de dinero, su recomendación es negociar plazos de pago lo más convenientes con los proveedores y aprovechar los descuentos por pronto pago.
5. Financiar activos
Para quienes estén pensando en solicitar préstamos para enfrentar problemas de insolvencia, el docente explica que es una buena idea en la medida que sea para financiar activos que generen un valor mayor al costo de la deuda. “Si por ejemplo necesita comprar inventario y lo financia con este dinero, preocúpese que la rentabilidad sea mayor a la tasa de interés que va a pagar por la deuda que lo financia”, concluye.