Ciudades inteligentes: el futuro próximo post covid-19
Ciudades inteligentes: el futuro próximo post covid-19
La tendencia indica que este tipo de urbes irá en aumento, abriendo un espacio para que las empresas ofrezcan propuestas innovadoras y ágiles a sus demandas.
El mundo se está urbanizando rápidamente y a medida que las poblaciones crecen permiten que todos puedan convertirse en habitantes urbanos. En ese sentido, considerando cómo el alcance urbano afectará el desarrollo del fenómeno moderno en medio de toda la contingencia sanitaria, muchos se preguntan cómo será el futuro post covid-19.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para 2050 es probable que la población del mundo se duplique y llegue al punto de casi 9.7 mil millones de personas. Ahora bien, hasta el momento, sólo China está en camino de tener 221 ciudades asombrosas, con más de un millón de habitantes, y bajo el concepto de ciudad inteligente en los próximos cinco años.
Es decir, mientras el número de residentes crece, las ciudades enfrentan nuevas oportunidades y desafíos para evitar el deterioro ambiental, problemas de limpieza, disminuir la congestión del tráfico e impedir la delincuencia. No obstante, para lograrlo las ciudades están recurriendo a las infinitas posibilidades que brinda la tecnología para combatir estos problemas del fenómeno moderno.
Por tanto, hablar de ciudades inteligentes o smart cities en medio de todo lo que nos ha traído la pandemia producto del coronavirus, es reflexionar sobre qué lecciones nos deja la contingencia sanitaria para la construcción de este tipo de urbes.
Luz María García, gerente en SÉ Santiago Smartcity, explica que unas de las principales necesidades para la construcción de esta estrategia ha sido la de contar con un sistema o plataforma de información y datos de las ciudades, para poder abordar con mayor anticipación, dentro de lo posible, la emergencia sanitaria y todas sus externalidades.
“Una vez más, quedamos al deber de poder contar con sistemas que conversen, converjan y principalmente interoperen; para que faciliten el accionar de los actores estratégicos responsables de la ciudad. Sin duda, esto es un importante precedente para rápidamente ponernos en acción, desde una colaboración público-privada, y plasmarlo en un proyecto para la ciudad, idealmente un gran SmartData que nos permita estar mejor preparados para futuras contingencias, ya sean desastres naturales, pandemias o lo que nos depare el futuro”, señala.
Asimismo, la especialista detalla que debemos entender que las ciudades también se transforman, son sistemas vivos y que deben reaccionar a los estímulos de quienes las habitamos, a los cambios de la naturaleza y a todo lo que desarrolla en estas. Por lo tanto, debemos usar la inteligencia y los beneficios de los avances tecnológicos para ciudades resilientes, del presente y futuro.
En esa línea, el mercado global de ciudades inteligentes está entrando en un período de madurez, con un número creciente de estrategias y proyectos, logrando niveles más altos de integración entre los servicios y soluciones urbanas impulsados por la tecnología.
Luz María destaca que, “hay que tener muy presente que el actor principal de todos estos modelos son las personas, desde su individualidad particular hacia su agregación en sociedad. Sociedad que, sin duda, se planteará desde una perspectiva muy diferente frente a lo que estamos viviendo y ello se traducirá en cómo modelamos estas nuevas ciudades que nos acompañarán durante los próximos años, y que deben ser sin dudas sostenibles en todas sus áreas”
Es por ello, que, desde la movilidad, la seguridad, el medio ambiente y todos aquellos recursos que habilitan a nuestras ciudades y territorios, deberán ser accionados con una mirada de agregación, es decir, involucrando de manera estratégica a todos los actores.
Como, por ejemplo, agentes económicos que se desarrollan y desarrollan ese territorio, considerando sin duda alguna, la participación del Gobierno, las grandes empresas, las pymes y emprendedores, la academia y la sociedad civil organizada; en una lógica encadenada y productiva y que permita desde una economía territorial inteligente y sostenible, el desarrollo de una ciudad del futuro.
Smart Cities en Chile
En Chile, por ejemplo, explica la especialista que existe una estrategia nacional de territorios inteligentes, liderada por CORFO y un programa estratégico regional de SÉ Santiago Ciudad Inteligente, pionero en este tema, que nace de un instrumento de CORFO RM, en alianza con el sector privado, agenciado a la fecha por la Fundación País Digital.
“Estamos muy contentos y con grandes metas, dado que comenzamos su cuarto año de vida y un importante segundo trienio, dónde el apoyo de los privados será clave y estratégico para avanzar y contribuir desde la oferta Smartcity que ha desarrollado nuestro país, en la exportación de servicios que serán claves en los siguientes meses para apoyar la reactivación económica del país y ser parte importante de la nueva ecuación de la economía del futuro”, afirma Luz María.
También es importante señalar que, a nivel regional existen iniciativas apalancadas por empresas privadas tales como: Tarapacá Smart, Creo Antofagasta y Araucanía Smart.
“Esperamos con mucha esperanza y en base a un trabajo colaborativo con SÉ Santiago, que durante los siguientes meses y años despierten nuevas iniciativas a lo largo de todo el país”, destaca.
Ahora bien, ¿cómo las ciudades inteligentes abren un espacio para que las empresas ofrezcan propuestas innovadoras y ágiles a las demandas de las urbes?
Luz María explica que se debe a que son una plataforma natural para ello, además de ser laboratorios vivos desde donde se mide y toma la real necesidad que los territorios requieren.
“Es importante que tanto las empresas como los emprendedores se conecten muy bien con la última milla, es decir, con los ciudadanos y específicamente con el vecino. Ha sido un gran desafío para muchos proyectos poder conectar, responder con sentido y pertinencia lo que se demanda”, advierte la experta.
Asimismo, agrega que han observado y constatado con algunos proyectos que una tecnología por muy avanzada que sea o provenga de países desarrollados sino les hace sentido a las personas, al usuario final, finalmente no logra desplegarse, mantenerse ni consolidarse.
Por último, destaca que este mercado es una gran oportunidad para todos los que entiendan que el éxito siempre será posible si logran conectar con las personas y con sus reales necesidades. “Todo se traduce en aquello que les permita a las personas crecer, desarrollarse, trabajar, educarse, emprender y tener una mejor calidad de vida”, finaliza Luz María.