Los estudios de mercado ayudan a tomar decisiones, pero hay veces donde la experiencia y creatividad son suficientes. Hay que saber equilibrar ambos.

Por: Karen Thal, voluntaria Endeavor.

Emprender es un camino de largo aliento. Se trata de tomar cientos de decisiones vitales para la evolución de una idea determinada y de ir conociendo las distintas herramientas, que proveen información útil para hacerlo de la mejor manera posible. Una de ellas es el reconocido estudio de mercado que entrega positivos insumos, pero ¿es siempre recomendable? ¿Cuándo es el momento para impulsarlo dentro de un emprendimiento?

Lo primero es entender que en esto no hay dogmas, ni menos una lista de cosas por hacer con las conclusiones del estudio de mercado en mano. Si Steve Jobs hubiera preguntado las necesidades de los clientes, probablemente jamás habría surgido la idea de crear un dispositivo tan revolucionario como el iPhone.

No se trata de que el mundo del emprendimiento le dé poca importancia a este tipo de herramientas porque sí, más bien responde a que los emprendedores tienden a confiar más en su intuición, en sus conocimientos y en su capacidad de observación, que en el levantamiento de información.

La importancia del estudio de mercado radica en saber cuándo es necesario recolectar y sistematizar los datos de los clientes, competidores y/o mercado, para luego analizarlos y estudiarlos. En este sentido, nunca será contraproducente realizar uno; sin embargo, no siempre es indispensable para tomar decisiones, ya sea para la creación de un plan de negocios o para entender la percepción de los clientes sobre un producto, marca o servicio. Por ejemplo, si la idea está basada en la detección de una necesidad del mercado o en una percepción de los usuarios, es altamente probable que sea exitosa, sin la necesidad de un levantamiento y análisis de información.

Un estudio de mercado ayuda a llegar al rendimiento óptimo sin tener que, necesariamente, pasar por el ensayo y error que hace perder tiempo y los limitados recursos que se tienen. Tanto en los emprendimientos como en multinacionales hay decisiones que se pueden tomar si el encargado de hacerlo es creativo, intuitivo y conoce bien el mercado. Pero también hay decisiones que se pueden resolver de manera más efectiva con información en mano. El elemento decisivo es tenerla a disposición.

Los mercados son todos distintos, por lo que para internacionalizarse hay que entender la cultura y conocer el espacio en que nos queremos desenvolver. De no contar con la información, se hace útil realizar un levantamiento para que el negocio sea exitoso en el menor costo y plazo posible.

La realidad de la economía global hace necesario que los emprendimientos sean de alto impacto, por lo que conocer a los distintos mercados se hace relevante en un mundo tremendamente competitivo y dinámico. Lo importante radica en saber cuándo hacerle caso a la intuición y cuándo a la información.