Guía de Primeros Auxilios para tener en tu lugar de trabajo
Guía de Primeros Auxilios para tener en tu lugar de trabajo
Todos en la empresa deben estar preparados para reaccionar correctamente ante un accidente o emergencia de salud. Conoce los consejos básicos aquí.
Los primeros auxilios son todas aquellas medidas que se realizan desde que ha ocurrido el accidente, hasta que se recibe la atención especializada. Para el Dr. Miguel Ángel Marchesse, subdirector médico de la Mutual de Seguridad CChC, “saber cómo actuar de forma oportuna en el caso de accidentes menores o mayores, es algo que puede resultar clave e, incluso, vital. Por lo mismo, es importante que todas las personas manejen los conocimientos básicos incluidos en los Primeros Auxilios”.
Por esto, y para proceder de manera adecuada ante cualquier tipo de acontecimientos, el profesional entrega los siguientes consejos a seguir en tu Pyme:
Actitud del auxiliador
Si debes atender a alguien, tienes que fijarte en:
- Seguridad: evalúa el entorno.
- Escenario: observa el tipo de accidente y personas involucradas.
- Recursos: activa los medios necesarios para una atención de emergencia.
En cuanto al examen de la persona accidentada:
- No le saques la ropa a la persona afectada.
- Debes ser metódico y ordenado.
- En el caso de que el lesionado esté consciente, tu objetivo principal es identificar partes dolorosas.
- Realiza un examen de conciencia: circulación, vía aérea, respiración.
- Ubica a la víctima en posición lateral, para evitar acumulación de secreciones que obstruyan la vía aérea y evitar posible asfixia.
- Mantén al público alejado, pregunta a los presentes quiénes tienen conocimientos de primeros auxilios, para que ayuden y puedas delegar funciones.
- No des líquidos de ninguna naturaleza al accidentado, no hay ninguna lesión que lo justifique.
- Evita que el accidentado vea sus heridas, esto podría agravar su estado.
- No abandones al accidentado, envía a otra persona en busca de ayuda.
- Cubre al lesionado para mantener la temperatura corporal.
Heridas
En el caso de que existan, procede de la siguiente manera:
- Limpia la zona con abundante agua y jabón.
- Aplica un antiséptico y cúbrela con un apósito.
- En caso de hemorragia, acuesta al afectado y descubre la zona lesionada.
- Si se trata de una extremidad, elévala, aplica una gasa esterilizada o un paño limpio y comprime durante cinco minutos la zona. Si la herida deja de sangrar, véndala. Si sigue, aplica otra gasa encima y comprime con más fuerza.
Contusión
Si hubo un golpe:
- Aplica frío localmente mediante compresas, bolsas de hielo o cubos.
- No uses hielo directamente sobre la piel durante tiempo prolongado, porque puede producir quemaduras por frío.
- Mantén la zona lesionada en reposo y aplica una pomada o gel antiinflamatorio.
- Si la contusión es múltiple y más severa debe ser tratada por un especialista.
- Si la zona afectada incluye la cabeza y se produjo pérdida de conciencia o somnolencia, es necesario consultar con un médico.
Quemaduras
- Lávate las manos, ponte guantes de látex –de contar con ellos- y limpia la herida con suero fisiológico, o agua hervida fría o tibia.
- Aplica desinfectante en los bordes de la herida.
- Cubre con una gasa estéril si es muy extensa. En caso de una hemorragia, ésta se debe contener primero, aplicando presión sobre la herida.
Asfixia
Una de las formas de ayudar a una víctima de un atragantamiento es la maniobra de Heimlich. Para ejecutarla ponte detrás del accidentado, rodeándolo con tus brazos, con las manos cruzadas sobre su ombligo, pero debajo de su esternón. Empuja hacia arriba para expeler aire desde los pulmones y repítelo hasta que tengas éxito en extraer el objeto de la tráquea.
Paro cardio respiratorio
- Evalúa presencia de pulso, no pierdas más de 10 segundos buscándolo. El tiempo es clave.
- Si la persona no responde y no tiene pulso, debes iniciar la reanimación cardiopulmonar (RCP). A menos que sospeche de una lesión espinal, voltéala cuidadosamente sobre su espalda y despeja sus vías respiratorias. Si sospechas que tiene una lesión espinal, deja a la persona donde está, siempre y cuando esté respirando. Si la persona comienza a vomitar, recuéstala sobre su lado para ayudar a prevenir que se ahogue.
- Mantén la cabeza y cuello alineados.
- Con cuidado, deslízala sobre su espalda mientras sostienes su cabeza.
- Abre las vías respiratorias elevando su barbilla.
- Realiza 30 compresiones de pecho y dos respiraciones de rescate como parte de la RCP. En el centro del pecho, exactamente debajo de una línea imaginaria trazada entre los pezones, pon las dos manos juntas y comprime el pecho hacia abajo, aproximadamente 5 centímetros con una frecuencia de 100 compresiones por minuto. Después de 30 compresiones, realiza dos respiraciones de rescate y revisa los signos vitales. Si las respiraciones se bloquean, vuelve a abrir las vías respiratorias. Asegúrate de que la cabeza esté ligeramente hacia atrás y la lengua no la esté obstruyendo. Continúa este ciclo de 30 compresiones de pecho y dos respiraciones de rescate.
Recuerda que siempre debes pedir ayuda a un especialista y complementar los primeros auxilios con un llamado a ambulancia y visita al doctor.