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¿Cuáles serán los trabajos del futuro?

¿Cuáles serán los trabajos del futuro?

Tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el aprendizaje automatizado (machine learning) y la robótica avanzan a gran velocidad, automatizando las tareas más rutinarias de las empresas para alcanzar una mayor productividad en los procesos y quehaceres diarios. Pero, ¿cómo afectará este crecimiento exponencial en el empleo y los trabajos que existen actualmente?

Según un informe del McKinsey Global Institute, Chile tiene un potencial de automatización que alcanzará el 48,9% en los próximos 40 años, lo que equivale a 3,2 millones de empleados. Sin embargo, esto no significa que la mitad de la fuerza laboral vaya a quedar desempleada, sino que, por el contrario, esta tecnología permitirá que se especialicen y no tengan que gastar tiempo adicional en tareas simples o repetitivas. Además, el estudio concluye que las personas tendrán que seguir trabajando junto a las máquinas para producir el crecimiento necesario.

En ese sentido, Andrés González, director ejecutivo de Accenture, explica que la tecnología y el talento humano “se desarrollarán de forma colaborativa y sinérgica”. Y aunque tiende a haber una suerte de pánico de que los trabajadores serán 100% reemplazados por las máquinas, la realidad es que lo que se automatiza son actividades y no cargos completos, establece González. De todas formas, se trata de “un cambio que es inevitable y se debe capitalizar como una oportunidad mediante la capacitación y adaptación de los trabajadores y sus tareas”.

Diversos niveles de automatización

No todas las profesiones estarán expuestas a los mismos desafíos, pues, aunque la automatización de los telefonistas llegará a un 97%, los profesionales de la salud sólo tendrán un 0,7%. “El tipo de tareas que primero se mecanizan son claramente las transaccionales de alto volumen y baja complejidad operativa. Esas que a los humanos no nos generan ningún desafío y que por el contrario nos parecen rutinarias, repetitivas y de poco valor diferencial (por ejemplo, buscar información, realizar cálculos, completar planillas y formularios, relacionar datos, traducir idiomas, responder preguntas básicas, etc.)”, indica González.

Así, las actividades que son más susceptibles son las físicas en ambientes altamente estructurados y predecibles, como también en recolección y procesamiento de datos. Estas son más prevalentes en sectores como la minería y manufactura, y en trabajos físicos y manuales repetitivos.

Mirando hacia el futuro

Las tecnologías emergentes plantean un beneficio interesante, que según González no implica tener miedo por perder el puesto de trabajo, sino muy por el contrario: “Hay que preguntarse, ¿cómo puedo aprovechar el tiempo que ‘la máquina’ me ahorra?”.

Aunque evidentemente habrá un crecimiento en la demanda de carreras STEM (Science – Technology – Mathematics – Engineering), son muy diversas las áreas que se verán beneficiadas en el mundo laboral, como las ciencias de la salud, la industria de alimentos, construcción, las energías alternativas, la biotecnología, la educación, el mundo del entretenimiento y obviamente las tecnologías de la información, cuenta Andrés González.

Y mirando aún más lejos, hay una extensiva lista de trabajos que todavía no existen, pero que tendrán una demanda real en el futuro, por ejemplo:

  • Optimizadores del tráfico de drones.
  • Minimizadores medioambientales, que regularán el sonido y la luminosidad de las ciudades.
  • Chefs de alimentos 3D.
  • Diseñadores de vestimenta 3D.
  • Arquitectos de realidad aumentada.
  • Gestores de datos obsoletos.

De esta forma todo lo que no pueda ser digitalizado o automatizado tendrá un inmenso valor. Esto no sólo se traducirá en un aumento de máquinas, sino también en una demanda de rasgos exclusivamente humanos. González indica que el nuevo mundo digital requerirá habilidades blandas como la empatía, la creatividad, la resiliencia, la capacidad de aprendizaje, la autonomía, la flexibilidad y la adaptación al cambio, entre otras.

Así, se requerirá ir más lejos de la robótica y los datos para lograr alcanzar la perspicacia y sabiduría que sólo un humano es capaz de entregar. Para Gerd Leonhard, consejero y CEO de The Futures Agency, los avances son el cómo del cambio, pero los humanos representan el porqué. “La nueva manera de trabajar es adoptar plenamente la tecnología, pero no convertirse en ella”, enfatiza.

Recomendaciones en base a las nuevas tecnologías

En este camino de automatización de tareas simples, constante búsqueda de nuevos desafíos, habilidades y apertura de empleos, Andrés González de Accenture entrega las siguientes conclusiones:

  1. Los avances son una oportunidad de mejorar las funciones y cargos, delegando lo transaccional repetitivo y liberando tiempo para agregar más valor, calidad, productividad y resultados.
  2. Aquellos que primero lo entiendan y lo implementen capitalizarán los beneficios y rotarán más rápido hacia el mundo digital.
  3. El nuevo trabajador deberá desarrollar muchas habilidades humanas para potenciar su impacto y efectividad.

¿Tu trabajo seguirá existiendo? Haz la prueba

Como indica un estudio conjunto de la Universidad de Oxford y Deloitte en Reino Unido, todas las áreas y funciones tienen un grado de beneficio potencial. En base a esos datos, la BBC creó un índice de búsqueda en que se puede encontrar el grado de automatización que tendrá cada carrera en 20 años más. Puedes revisar el nivel de susceptibilidad de tu profesión AQUÍ (en inglés).

¿A qué velocidad avanza tu compañía en la automatización de tareas? Comparte tu experiencia en Comunidad Grandes Empresas.

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